El mundo en mi blog

21 de junio de 2007

Más de 140.000 toneladas de residuos radiactivos permanecen depositadas en la fosa atlántica, a 630 kilómetros de la costa gallega, sin ser sometidas a ningún tipo de control sobre su peligrosidad. Estos vertidos, almacenados por bidones, fueron arrojados al mar a principios de los ochenta por la industria nuclear, desbordada por el ingente volumen de residuos que generaba y la falta de alternativas para deshacerse de ellos. Veinte años después, altos cargos de la Organización Marítima Internacional (OMI) advierten que no se está haciendo ningún "seguimiento regular" sobre el estado en el que se encuentran estos bidones. Expertos, avalados por el Ministerio de Medio Ambiente, habían calculado que la radiactividad acumulada en esa zona se acerca el millón de curios y, como comparación, explican que en el área inmediata a Chernóbil se liberaron durante el accidente de 1986 cerca de 130.000 curios. La fuerte movilización ciudadana que se generó en Galicia a principios de los ochenta en contra de los vertidos radiactivos obligó al llamado Convenio de Londres, adscrito a la Organización Marítima Internacional, a prohibir en 1993 la contaminación nuclear al medio marino. En la actualidad el Convenio de Londres sigue activo y ayer reunió en Santiago a un centenar de científicos procedentes de 25 países para estudiar soluciones a los vertidos marinos. Antes del encuentro uno de los responsables de la Secretaría de la OMI, René Coenen, informó de que no existe ningún "seguimiento regular" sobre los vertidos radiactivos depositados en la fosa atlántica. Aún así, aclaró que en relación a estos residuos no existen "datos preocupantes" por parte de la Agencia Atómica Internacional, que es la que tiene competencias exclusivas en esta materia. En cualquier caso, Coenen recordó que el Gobierno español tiene "libertad" para realizar informes si lo considera oportuno. Tras prohibir su vertido al mar en 1993, los residuos nucleares han dejado de ser "una línea prioritaria" en los trabajos del Convenio de Londres. El presidente de este grupo, Víctor Escobar, aclaró, sin embargo, que hasta el año pasado aún existían "reticencias" por parte de algún país a cumplir la normativa. Vía| Faro de Vigo Enlace| Noticia